La motivación es algo fundamental en el aprendizaje. Y sin embargo, es lo más dificil de conseguir. Os invito a leer un magnífico artículo de Miguel Ángel Santos Guerra acerca de este tema: http://blog.laopiniondemalaga.es/eladarve/2008/04/26/efectos-secundarios/
En él se explica la relación entre la motivación y el aprendizaje, planteando nuevos retos en la educación, al tiempo que se cuestiona el papel de la escuela. No os lo perdais.
Hemos visto cómo en numerosas ocasiones nuestros alumnos aprenden (si es que lo hacen) porque les van a preguntar, pero no adquieren auténticos hábitos de estudios. Deberíamos preguntarnos qué estamos haciendo mal. Al igual que el albañil necesita el pico, la pala y la hormigonera (sin menospreciar el casco) para construir un muro, el alumno necesita técnicas y hábitos de estudio adecuados para su aprendizaje. Sin embargo, los docentes seguimos poniendo montones de deberes, innumerables ejercicios puestos al azar de un libro de texto que ni siquiera nos gusta. No pedimos a los alumnos que elaboren diariamente esquemas o mapas conceptuales, y si lo pedimos en alguna ocasión, no lo valoramos. Estamos enviando a nuestros alumnos el siguiente mensaje: "si haces los ejercicios mecánicamente, es suficiente". Pero no es suficiente, porque nosotros, de una manera absolutamente incoherente, evaluamos sus conocimientos a través de exámenes. Es decir, enseñamos una cosa, y les valoramos otra, ¿no es de locos?. Es el momento de plantearnos nuevas prácticas pedagógicas: enseñar lo que se sabe podría estar bien, o incluso mal, pero enseñar de una manera motivadora y coherente lo que se sabe, eso es ser profesional.
En él se explica la relación entre la motivación y el aprendizaje, planteando nuevos retos en la educación, al tiempo que se cuestiona el papel de la escuela. No os lo perdais.
Hemos visto cómo en numerosas ocasiones nuestros alumnos aprenden (si es que lo hacen) porque les van a preguntar, pero no adquieren auténticos hábitos de estudios. Deberíamos preguntarnos qué estamos haciendo mal. Al igual que el albañil necesita el pico, la pala y la hormigonera (sin menospreciar el casco) para construir un muro, el alumno necesita técnicas y hábitos de estudio adecuados para su aprendizaje. Sin embargo, los docentes seguimos poniendo montones de deberes, innumerables ejercicios puestos al azar de un libro de texto que ni siquiera nos gusta. No pedimos a los alumnos que elaboren diariamente esquemas o mapas conceptuales, y si lo pedimos en alguna ocasión, no lo valoramos. Estamos enviando a nuestros alumnos el siguiente mensaje: "si haces los ejercicios mecánicamente, es suficiente". Pero no es suficiente, porque nosotros, de una manera absolutamente incoherente, evaluamos sus conocimientos a través de exámenes. Es decir, enseñamos una cosa, y les valoramos otra, ¿no es de locos?. Es el momento de plantearnos nuevas prácticas pedagógicas: enseñar lo que se sabe podría estar bien, o incluso mal, pero enseñar de una manera motivadora y coherente lo que se sabe, eso es ser profesional.
1 comentario:
Nice and thanks!
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